
Visión y Nutrición. Desmontando mitos (Mercedes Basulto y Julio Basulto)
Hola a todos, hoy os traemos una nueva entrada a nuestro blog, y se trata de un artículo publicado en GACETA DE OPTOMETRÍA, sobre Visión y Nutrición.
Este artículo está escrito por Mercedes Basulto Marset y Julio Basulto Marset, optica-optometrista y Dietista-Nutricionista respectivamente.
Mercedes Basulto Marset. Coleg. 9.094 Universidad de Valencia.
Julio Basulto Marset. UVIC. Dietista-Nutricionista. Universidad de Vic (Barcelona).
ARTÍCULO CIENTÍFICO:
Relacionar la salud visual con la dieta es algo habitual en los medios de divulgación y el sector óptico
no es una excepción. Estas supuestas noticias o recomendaciones se basan en resultados obtenidos
de diferentes artículos científicos, en algunas ocasiones.
Las agencias reguladoras de alimentos publican y aprueban el uso de mensajes sobre nutrición.
En la página web del Ministerio de Consumo español solo hay una recomendación nutricional aprobada
en relación con la salud ocular: el consumo de DHA (ácido docosahexaenoico) en embarazadas y madres
lactantes.
Se realizó una búsqueda en la base de datos Cochrane y se introdujeron diferentes términos nutricionales
en la base de datos de la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria). No se encontraron resultados
concluyentes que avalaran la relación entre dieta y salud visual.
Los estudios rigurosos disponibles hasta la fecha no permiten emitir recomendaciones dietético-nutricionales,
con evidencia científica, relacionadas con la visión o con afecciones oculares.
Palabras clave:
Nutrición, visión, complementos alimenticios, revisiones sistemáticas.
Introducción
Hay una tendencia en los medios de divulgación del sector de la óptica de relacionar la salud visual con
la dieta, proporcionar recomendaciones para ingerir alimentos que mejoren nuestra visión o promover
la venta de complementos nutricionales para la prevención de enfermedades oculares.
Tal y como explica Goldracre en su libro Mala Ciencia1 la prensa se nutre de supuestas noticias
que tergiversan los resultados ofrecidos por científicos y que están publicados en revistas de impacto.
Las recomendaciones para detectar estas falacias son, entre otras 2:
• Buscar los artículos donde está referenciado el supuesto beneficio. Si la afirmación no lleva una
referencia a una revista científica, o ni siquiera lleva referencia, hay que desconfiar.
• Valorar el artículo original que se referencia. La muestra puede ser muy pequeña, el resultado
malinterpretado, no tener grupo control, presentar conflicto de intereses…
Para poder relacionar el consumo de un alimento o suplemento nutricional con efectos beneficiosos,
esta relación debe haberse validado científicamente, de manera rigurosa. Un buen ejemplo3
es el caso de los compuestos fenólicos contenidos en alimentos. Si bien se han observado efectos
potencialmente beneficiosos de diversas moléculas de este tipo en ensayos in vitro y en
modelos animales, atribuidos a sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, entre otras,
esto no ha sido sistemáticamente observado a nivel clínico. Es decir, que un alimento tenga un
compuesto que produzca efectos beneficiosos en el organismo no quiere decir que comer ese
alimento genere el mismo efecto.
Son las agencias reguladoras de alimentos, EFSA (Autoridad Europea de Alimentos), FDA (Administración
de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) o la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición), las que se encargan de publicar y aprobar la utilización de mensajes sobre
nutrición y alimentación.
En la página web del Ministerio de Consumo español, en su apartado sobre seguridad alimentaria, se pueden encontrar, en su buscador, las declaraciones nutricionales y saludables aceptadas. En relación con la salud ocular
solo hay una (Figura 1).
¿Cómo realizar una declaración de propiedades saludables? La EFSA tiene publicado en abierto una guía4 que,
entre otros aspectos, detalla qué requisitos deben presentarse a dicha entidad para valorar la aprobación o no de una posible declaración de salud:
• Tipo de alimento funcional, caracterización, modo de consumo…
• Caracterización de las interacciones existentes entre el alimento funcional (o, en su defecto, el ingrediente funcional) y funciones en el organismo. Pruebas sobre los mecanismos que regulan dichas funciones.
• Estudios realizados tanto con el ingrediente funcional como con el alimento funcional. De todos ellos es necesario disponer de amplia información acerca del tipo concreto de estudio (en humanos, animales, in vitro, de cohortes,
aleatorio, etcétera).
• Cantidad de alimento y patrón de consumo requeridos para obtener el efecto beneficioso que indica el reclamo de salud.
Además, se debería contar con estudios (en humanos) que avalen la efectividad de la afirmación que se está enviando a la población o a los pacientes (en el caso que nos ocupa, pacientes/clientes de los establecimientos sanitarios de óptica y consultas de optometría) cuando se publicita que la ingesta de frutas, verduras o pescado previene afecciones como la DMAE, el ojo seco, la retinosis pigmentaria o que mejora la salud visual en general.
Suplementos nutricionales o complementos alimenticios
La AESAN define los complementos alimenticios5 como fuentes concentradas de nutrientes o de otras sustancias.
“Se definen en la Directiva 2002/46/CE del Parlamento Europeo (Transpuesta a nuestro ordenamiento jurídico por el Real Decreto 1487/2009) como productos alimenticios cuyo fin sea complementar la dieta normal, consistentes
en fuentes concentradas de nutrientes o de otras sustancias”.
Por lo tanto, las recomendaciones de ingesta de frutas y verduras para la población general no son equiparables con las recomendaciones que se pueden realizar desde organismos científicos de ingesta de complementos específicos para determinadas patologías oculares. La razón es que, superar los límites máximos de ingesta de vitaminas
o minerales con alimentos, es muy difícil6. Sila inge sta se realiza a partir de complementos alimenticios
no sucede lo mismo, siendo viable una ingesta superior que puede ser perjudicial para el organismo.
Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE)
El estudio AREDS y AREDS 2 (Age Related Eye Disease), dirigido por el NIH (Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos), lleva publicando estudios desde el año 2001 sobre la denominada formulación AREDS de suplementos nutricionales de vitaminas C y E, betacaroteno, zinc, cobre, para ralentizar la progresión de la DMAE avanzada7.
Según una revisión sistemática del 2017, la formulación de los suplementos vitamínicos8 para evitar la progresión de la DMAE debe cumplir los requisitos de cantidades especificadas en la formulación original. La suplementación con Luteína y Zeaxantina mejora la agudeza visual (AV)9 en medio paso de escala logmar (Figura 2). Este resultado,
aunque es estadísticamente significativo, es una mejora de aproximadamente dos letras por línea de test.
Hay un estudio del año 2016 en el que se observó una reducción del riesgo de DMAE en personas que tomaban más pescado10. En el mismo estudio, los autores concluyen que se requieren ensayos clínicos avanzados bien diseñados y aleatorizados para validar los resultados obtenidos. En el año 2019 se realizó una revisión sistemática con metanálisis11 buscando la asociación entre el consumo de grupos de alimentos y la aparición de DMAE.
Los resultados mostraron una reducción de un 18% del riesgo cuando se consumía pescado y un aumento del 20% para el consumo de alcohol.
En todo caso, dado que no todos los estudios de base eran ensayos controlados y aleatorizados, la observación podía ser causal. Así, la asociación inversa observada entre el consumo de pescado y el riesgo de la DMAE podía no ser un efecto de la adición, sino un efecto de sustitución de otros alimentos (como la carne roja) por pescado o, incluso, un marcador de un mejor estilo de vida.
Complementos nutricionales para ojo seco
Los complementos nutricionales de ácidos grasos omega-3 y omega-6 se recomiendan, en muchoscasos, para mejorar la sintomatología de ojo seco.
Una revisión sistemática de ensayos clínicos aleatorizados realizada en 2017, concluyó que la evidencia científica encontrada no fue lo suficientemente sólida12. Los autores apuntan que podrían considerarse como una alternativa en el caso de pacientes con ojo seco secundario a alguna patología.
En relación a la suplementación para ojo seco con ácidos grasos poliinsaturados (PUFA), un metaanálisis de ensayos aleatorios controlados13 analizó los cambios en los exámenes clínicos y de laboratorio, las puntuaciones sistemáticas y las tasas de síntomas relevantes. En comparación con el placebo, la suplementación con PUFA no se relacionó con cambios en el tiempo de rotura lagrimal (BUT o Schirmer) sin embargo, se detectaron reducciones en la puntuación
de síntomas por parte de los pacientes.
Evidencia científica y revisiones sistemáticas
Cualquier afirmación de propiedades saludables o funcionales atribuida a un alimento, debe estar apoyada
por evidencia científica válida la que está apoyada por evidencias científicas sólidas.
Se entiende por evidencia científica válida la que está apoyada por meta análisis, o revisiones sistemáticas, en primer
lugar y en ensayos controlados y aleatorizados en segundo lugar (Figura 3).
Las revisiones sistemáticas14 consisten en realizar una búsqueda de artículos que responden una determinada
pregunta de interés. La biblioteca Cochrane15 realiza revisiones sistemáticas de estudios de investigación. En la misma, Cochrane se encuentra Eyes and Vision con revisiones sistemáticas y metaanálisis relacionados con ojos y condiciones visuales.
El presente artículo tiene por objetivo realizar una revisión, en la base de datos de Cochrane, que responda
si los ópticos-optometristas, en base a su código deontológico16, pueden recomendar la ingesta de alimentos o complementos nutricionales que afecten a la salud ocular.
Material y métodos
Se realizó una búsqueda en la base de datos Cochrane Eyes and Vision. El factor de impacto para Cochrane Eyes and Vision en el 2019 era de 3.788.
Se seleccionaron las revisiones que aludían a los efectos de la alimentación o el consumo de complementos
nutricionales. En septiembre de 2020 esta base de datos contenía 4.786 registros, de los cuales 32 tienen etiquetado de ojos y visión. Se seleccionaron cinco que relacionaban alimentación y visión.
Así mismo, se introdujeron en la base de datos de la EFSA los siguientes términos y su relación con la visión:
• Vitamina C.
• Vitamina E.
• Brotes de trigo.
• Daucus carota.
• Luteína.
• Zeaxantina.
• Meso-zeaxantina.
• Antocianidinas y proteanocidinas.
• Astaxanthin de Haematococcus pluvialis.
• Arándano.
• Cassis.
• Ácido docosahexaenoico (DHA) y ácido araquidónico
(ARA).
• Ácido eicosapentaenoico (EPA), ácido gamma-linolénico
(GLA) n-6 PUFA y ácido araquidónico (ARA).
• Corteza de Emblica officinalis.
• Equazen eye q®.
• Eye q baby®.
• Ácido fólico.
• Yodo.
• Caqui o palosanto.
• Licopeno.
• Flavan-3-oles.
• Oligómeros procianidólicos.
Criterios de inclusión:
• Todos los artículos de la biblioteca Cochrane Eyes and Vision que tuvieran relación con la alimentación
o suplementación vitamínica.
• Las recomendaciones de la EFSA para los términos seleccionados.
Resultados
La búsqueda en la base de datos de la biblioteca Cochrane, en su apartado Eyes and Vision, no proporcionó ninguna evidencia concluyente de la influencia de la alimentación en diferentes patologías como la DMAE, Cataratas, etcétera
(Tabla 1).
Tal y como se apuntó en la introducción, la AESAN solo recomienda la ingesta materna de ácido docosahexaenoico
(DHA) para contribuir al desarrollo normal del ojo del feto y los lactantes amamantados, el resultado de la EFSA es el mismo17.
La siguiente tabla muestra los resultados para las afirmaciones realizadas con los alimentos o complementos
alimentarios en la base de datos de la EFSA (Tabla 2).
Discusión
Los objetivos de las revisiones Cochrane fueron determinar la relación entre el consumo de diferentes vitaminas o nutrientes y el efecto en la pérdida de visión provocado por diferentes patologías como la retinosis pigmentaria, la DMAE o las cataratas.
Ninguno de los artículos fue concluyente. En el caso de las cataratas, el uso de suplementos vitamínicos antioxidantes se ha estudiado como un medio para prevenir o retrasarlas. Los resultados de los estudios observacionales han sido inconsistentes18.
Respecto a la DMAE, tomar suplementos de vitaminas o multivitaminas, según el estudio de Evans et
al. no evitará o retrasará la aparición de la DMAE19.
Aunque generalmente se consideran seguros, los suplementos vitamínicos pueden tener efectos perjudiciales y se necesita evidencia clara de sus efectos beneficiosos antes de recomendarlos. El aumento de la ingesta dietética de ácidos grasos omega 3 por periodos de hasta 5 años no reduce el riesgo de progresión o el desarrollo de pérdida
visual de moderada a grave20.
El Ginko biloba, que se extrae de las plantas del mismo nombre, se propone21 como ayuda para frenar la progresión de la DMAE; no hay respuesta para la pregunta de si puede prevenirla, pero los autores recomiendan realizar ensayos más grandes y más robustos para probar su efecto.
La retinosis pigmentaria tratada con vitamina A o DHA, o ambos, según los resultados de cuatro estudios,
no se sabe con certeza si produce un efecto beneficioso22.
Ninguno de los productos que se incluyeron en la tabla 2 tienen la autorización de la EFSA para afirmaciones
relacionadas con su ingesta y la mejora de condiciones visuales y/o retraso de patologías oculares.
El efecto beneficioso de la ingesta del DHA en embarazadas y madres lactantes, se obtiene con una ingesta diaria de 200 mg, además de la ingesta diaria de ácidos grasos omega-3 para adultos; es decir, 250 mg de DHA y ácido eicosapentaenoico (EPA).
La declaración se puede usar solo para alimentos que proporcionan una ingesta diaria de, al menos, 200mg de DHA. La revisión sistemática Cochrane23 del año 2015 afirma que, según la evidencia disponible, la suplementación con DHA no pareció mejorar la agudeza visual (AV) de los niños, por lo que no existía evidencia concluyente para apoyar o refutar la práctica de administrar complementos nutricionales de DHA a las madres que amamantan para mejorar
la AV.
La revisión de UptoDate24 del año 2016, de la Agencia de Investigación y Calidad Sanitaria, concluyó que la suplementación no tuvo un efecto constante sobre la AV de la descendencia. En la revisión sistemática y metaanálisis17 realizada en el año 2017, que evaluó críticamente la literatura existente y los resultados obtenidos de incluir DHA en la dieta de las madres durante el embarazo también informaron que el efecto en el proceso visual
no fue significativo.
Conclusiones
Los estudios rigurosos disponibles hasta la fecha no permiten emitir recomendaciones dietético-nutricionales
relacionadas con la mejora de la visión.
Eso incluye dietas, menús, alimentos, complementos alimenticios, vitaminas, minerales u otros compuestos
nutricionales.
Tal y como se explica en la introducción, solo hay evidencias que apuntan que la ingesta materna de ácido (DHA) podría contribuir al desarrollo normal del ojo del feto y de los lactantes amamantados; incluso así, no hay suficiente
evidencia científica para realizar la recomendación con un fundamento robusto, de acuerdo a las bases de datos analizadas por nosotros.
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